Psicólogos en Galapagar

¿Qué es la asertividad?

En palabras de Javier Urra, «la asertividad es la habilidad para ser claros/as y decir lo que se quiere decir sin herir los sentimientos de los/as demás». En la práctica, ser asertivo/a es saber decir NO sin ser agresivo/a, y también lo es saber decir NO sin sentirse mal por hacerlo. Es el estilo de comunicación ideal para comunicarnos.

¿Qué NO es la asertividad?

Hay tres estilos comunicativos además de la asertividad:

-El estilo pasivo. Este estilo va de la mano de las actitudes sumisas. Conlleva mucha empatía con el resto pero poca consigo misma/o: el miedo al conflicto y/o a las críticas hace que estas personas acaben por tener muchas dificultades para decir que no y para defender sus necesidades.

-El estilo agresivo. En contraposición al estilo anterior, estas personas suelen tener actitudes más dominantes. Tienen poca empatía hacia el resto, logrando imponer a los/as demás lo que ellos quieren. Para lograr esto pueden usar distintas estrategias, incluidas la agresividad y la intimidación.

-El estilo pasivo- agresivo. Como su nombre indica, es una mezcla entre ambos: no logran decir no pero expresan agresividad. Esta agresividad la expresan de un modo «sutil», a través de comentarios sarcásticos, muestras de desinterés, ironías, dobles sentidos…

Está claro que el estilo de comunicación más sano para mí misma/o y para el resto es el asertivo. Suena precioso en la teoría, pero… ¿Cómo conseguirlo?

¡Sigue leyendo!

Elementos de la comunicación asertiva

-Comunicación no verbal

¿Sabías que el 93% de nuestra comunicación es NO VERBAL?

Pues . Me encanta este dato porque lo dice todo. Para explicar esto voy a utilizar «la regla del 55-38-7 de la comunicación» de Albert Mehrabian. Se llama así porque hace referencia a que:

  • el 55% de la comunicación recae en el lenguaje corporal: postura, movimientos, expresión del rostro, gestos…
  • el 38% lo hace en el tono de la voz, el volumen, el uso de los silencios…
  • y solo el 7% en las palabras propiamente.

Creo que saber esto es sumamente importante para poder comunicarnos asertivamente. ¿Por qué? Porque no importa tanto lo que decimos sino CÓMO lo decimos.

Muchas veces pasamos horas pensando en qué vamos a decir. Pero esto no sirve de nada si luego lo decimos temblando, con la cabeza baja y sin poder mirar a la cara a la persona con la que hablamos.

A través de este lenguaje no verbal comunicamos nuestra parte emocional. Esta parte es la más difícil de controlar, la que muchas veces nos «delata». ¡Aunque no queramos, comunicamos nuestras emociones en un porcentaje altísimo!

-Comunicación verbal

Como acabamos de explicar, este elemento supone únicamente un 7% de la comunicación. Son las palabras puramente dichas.

Entonces, ¿Qué hago para comunicarme asertivamente?

“Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice.” Peter Drucker

1. Respecto a lo no verbal:

Viñeta de Mafalda sobre el lenguaje no verbal

-Comunica lo mismo con tu lenguaje verbal que con tu lenguaje no verbal

Parece evidente pero no lo es… ¡Constantemente comunicamos cosas distintas con nuestro lenguaje no verbal y con nuestro lenguaje verbal! Por ejemplo cuando yo le digo a mis hijos «¡no gritéis!» gritando, o cuando digo «¡relajaos por favor!» cuando estoy nerviosa. En estas ocasiones el mensaje NO LLEGARÁ si yo no consigo no gritar o si yo no consigo estar tranquila.

Otro ejemplo, si yo le digo a mi jefe:

– Disculpa Alberto, necesito que hablemos de las vacaciones. Mi marido necesita establecerlas ya en su trabajo, por lo que yo necesito saberlo también y así poder coordinarnos y que podamos hacer coincidir nuestros periodos vacacionales.

¿Lo ha expresado muy bien no? Pero… ¿Y si os digo que lo dijo mirando hacia abajo y con voz temblorosa? Ahí todo cambia. Ahí el mensaje que le estaría dando sería «quiero las vacaciones pero me siento tan insegura que si me dices que no agacharé la cabeza y me iré…»

Mira a los ojos de la persona con la que hablas de manera regular. Si esto te pone nerviosa/o, está el viejo truco de mirar al entrecejo…¡La otra persona no lo notará!

-Mantén tu espalda recta pero relajada a la vez, esto demuestra firmeza y amabilidad.

«Mira» con tu cuerpo a la persona con la que estás hablando. Es decir, pon tu cuerpo de frente, y no girado, hacia la persona con la que hablas.

-Pon atención a nos microgestos: fruncir el ceño, apretar la mandíbula o los puños, mirar hacia arriba, mirar el móvil…Obviamente no expresan interés ni escucha.

Os añado un vídeo que evidencia esta importancia del lenguaje no verbal. El vídeo presenta la misma conversación entre dos parejas: una de ellas vía online (sin lenguaje no verbal) y otra presencial. Veréis que la conversación es absolutamente la misma pero el resultado de cada una de ellas es absolutamente distinto.

2. Respecto a lo verbal:

No des rodeos: cuanto más clara/o y directa/o seas mejor se entenderá el mensaje

No pienses que la otra persona te «lee» la mente, es decir, que no des cosas por hecho. Estos vacíos de información suelen dar lugar a grandes malentendidos

Evita las comparaciones y los juicios

-Asume tu responsabilidad. Por ejemplo, di «me siento triste cuando estás lejos», en vez que «me haces sentir muy triste cuando te vas». Parece una pequeña diferencia pero no lo es: hay muchas más probabilidades de que la persona con la que hablo se sienta atacada si uso la segunda frase

Mucho cuidado con el verbo ser. Es mucho más asertivo (y hace mucho menos daño) decir «has llegado tarde» que «eres un tardón». Siempre que se pueda es mejor utilizar el verbo hacer: «has hecho una tontería» en vez de «eres tonto» es el mejor de los ejemplos

Intenta ser lo más objetivo/a posible. La otra persona recibirá mejor si le digo «las tres últimas veces que te vi estabas borracho» a «siempre estás borracho». La última frase puede no sentar bien a la otra persona, ya que objetivamente, seguramente no sea verdad que SIEMPRE está borracho. Pasa lo mismo con la palabra NUNCA. Son palabras con las que también hay que tener cuidado

-Utiliza un lenguaje positivo, o lo que es lo mismo, utiliza propuestas en vez de quejas. Por ejemplo, será mejor usar: «¿Qué te parece si pasamos más tiempo juntas/os?» en vez de «me tienes muy abandonada»

Empatiza con la persona con la que estás hablando y házselo saber. Utiliza el denominado «parafraseo», que consiste en repetir con tus propias palabras el mensaje que te está dando el otro/a. Por ejemplo: «por lo que estoy escuchando, me parece entender que estás enfadado con tu abuela por lo que te hizo ¿es así?»

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Y, como siempre, no dudes en contactar con psicólogos que puedan ayudarte en el proceso de aprendizaje.

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