Ya escribí un artículo hablando de la ansiedad, en el que explicaba a través de qué síntomas se manifiesta y cómo es su tratamiento en psicoterapia. En este artículo, vamos a seguir profundizando un poco más. Vamos a hablar de cuando la propia ansiedad es lo que nos provoca ansiedad.
Índice
Cuando percibimos los síntomas de la ansiedad como algo peligroso
Las personas que habéis sentido ansiedad sabréis de lo que hablo. Las sensaciones que se vivencian cuando hay ansiedad son realmente desagradables. Es normal que sean sensaciones que queramos evitar a toda costa porque nos lo hacen pasar muy mal.
De esta manera, cuando hay alguna pequeña señal de ansiedad en el cuerpo, tendemos a interpretarla desde el miedo:
«Ya me va a dar», «Qué horror, me va a dar un ataque de ansiedad otra vez…»
Así, interpretamos estas señales como peligrosas, y entonces nos dan más ansiedad. Es un círculo vicioso muy peligroso y del que no es fácil salir.
Las interpretaciones que hacemos de las sensaciones fisiológicas de la ansiedad pueden o ayudarnos o hacernos empeorar
Así, es importante tener cuidado con cómo interpretamos las sensaciones corporales que nos genera la ansiedad.
Por ejemplo, es muy usual pensar que nos vamos a morir cuando empezamos a sentir el corazón a mil por hora, o que vamos a perder el control cuando sentimos que no podemos rebajar nuestra activación.
Sin darnos cuenta, con este tipo de pensamientos estamos otra vez interpretando la ansiedad como peligrosa: como que nos puede llegar a matar, que nos puede llevar a hacer daño a alguien, a volvernos locos…. Ahí cada persona hará su propia interpretación personal en base a su historia y muy probablemente esta interpretación tenga que ver con alguna situación traumática que haya vivido.
Sin embargo, la ansiedad no es peligrosa en sí. Forma parte de la reacción de nuestro sistema nervioso ante una amenaza. Nuestro sistema nervioso está diseñado para eso. Por lo tanto, la ansiedad no va a tener consecuencias más allá del horrible rato que nos hace pasar.
¿Cómo gestionar este miedo a la ansiedad?
Habituarnos a las sensaciones de la ansiedad y no pensar que son peligrosas
Es importante aprender a tolerar las sensaciones de la ansiedad y poder «soportarlas» durante cierto tiempo, porque si empezamos a agobiarnos y a pedirnos que las sensaciones se vayan YA, nos vamos a sentir peor. De hecho, paradójicamente, permitir el miedo y la ansiedad hace que disminuyan.
En este proceso hasta que la ansiedad vaya bajando de manera paulatina, podemos acompañarnos diciéndonos frases como:
La ansiedad es desagradable pero no es peligrosa
Estas sensaciones no van a durar siempre
También podemos ayudarnos a tratando de no focalizar en exceso en las sensaciones, es decir, no hipervigilar los síntomas. Porque si nos centramos en exceso en ellos es muy probable que sin querer vayan a más. De hecho, centrar la atención en otras cosas (respiración, distracción, personas que nos den seguridad, recuerdos tranquilos…) nos va a ayudar a que el pico de ansiedad se vaya rebajando.
Adquirir herramientas de regulación de la ansiedad y tratarnos con compasión
Cuanto más confiemos en nuestros recursos de regulación, menos miedo nos dará la ansiedad. Podemos decirnos frases como:
Aparte de que la ansiedad no es peligrosa, soy capaz de gestionarla
Que un día me de ansiedad no significa que no sea capaz
Ayer si fui capaz de gestionar mi ansiedad, es normal necesitar tiempo para que esa capacidad se instale en mi...
No soy menos válida por tener ansiedad
Espero que os haya gustado, si crees que necesitas acompañamiento en tu proceso de gestión de la ansiedad, contacta sin compromiso.